jueves, 3 de febrero de 2011

Una alegría incontrolable

Domingo 9 de Mayo de 1999



Aquella fecha lejana en el tiempo, hace ya casi 12 años fue el momento de mayor alegría como murcianista que jamás he sentido.
 
   Más allá de ciertos partidos que todos recordaremos...como el gol de Acciari frente al Levante en la vieja Condomina y que supuso el ascenso a Primera, el gol de Iván Alonso en El Toralín y que supuso otro ascenso a Primera, o la eliminatoria de cuartos de Copa del Rey contra el Depor por citar algunos goles significativos en la reciente historia grana...me quedo con este partido.

  Apenas tenia 13 añitos por aquel entonces. Y por esa época, no había partidos televisados del equipo en Segunda B, no había Real Murcia Radio, no había programas deportivos del Real Murcia los lunes para ver la tertulia de periodistas y un posterior resumen del partido...Había que conformarse con oir la radio local. Yo acostumbraba a sintonizar 105.3 de FM, Onda Regional de Murcia. Al frente de los partidos murcianistas estaba y sigue estando Luis Belló.
  De aquel día recuerdo escuchar el partido en el coche de mi padre, en la parte de atrás de mi casa del monte mientras tiraba unos tiros a una canasta de baloncesto que a día de hoy sigue hoy ahí. El partido no suponía nada trascendental en el sentido de poder colocarnos líderes de grupo o meternos en puestos de liguilla de ascenso. Pero era un crío por aquel entonces, empezaba a seguir al Real Murcia semana a semana, partido a partido y notaba que algo me mantenía enganchado al transistor cada domingo por la tarde. De oídas ya escuchaba por parte de mi hermano y mi padre que el club estaba en una situación que no le correspondía, que debía volver cuanto antes al menos a Segunda división...
  Recuerdo eso sí que al descanso ibamos ganando 2-1 tras remontar el gol inicial de los alicantinos. Cosa rara aquella, porque el Real Murcia no era de remontar partidos y aún así lo consiguió antes de irse los 22 protagonistas al tunel de vestuario para el descanso. Pero es que nada más empezar la segunda parte nos empataron a 2...! Y yo pensando que para un partido que logramos remontar y nos empatan...!
  En el tramo final del partido volvemos a marcar, ¡3-2 minuto 86! ¡No se nos podía escapar el partido ahora! Estaba tan nervioso que fuí a tirar la basura al contenedor, y le dije a mi hermana pequeña que permaneciera a la espera con la sintonía del partido mientras hacía eso. Cuando volví a casa, no quise mirarla, no quería saber otra cosa que no fuera el final del partido. A lo lejos la ví y me dijo: - ¡Acaban de empatar el partido! ¡Me dió una rabia tremenda!
  Ella se fue para dentro de la casa y yo me quedé a la espera del final del partido...no confiaba en el milagro de un nuevo gol...Cerré la puerta del coche de mi padre y ahí me quedé viendo como pasaban los minutos de descuento y que recuerdo que fueron ¡¡¡6!!! El acoso al área rival era tremendo. Sacabamos corners cada medio minuto y aún así la pelota que no entraba...Luis Belló ya daba por el hecho el empate antes de que se sacara el último corner a favor del equipo, el Real Murcia le quitó la razón y el defensa CUDI enganchó un balón dentro del área en la portería del fondo sur bajo el marcador para llevar el éxtasis a la grada de la vieja Condomina y a todos cuantos seguíamos el partido por la radio.... ¡¡4-3!!
  En el instante en que oí GOL salí del coche sin rumbo. Tan sólo chillaba de alegría, no quería parar de correr y saltar. Recuerdo abrir la puerta de mi casa y seguir mi emoción fuera de allí. Reconozco que estaba descontrolado, necesitaba celebrar un gol que suponía una victoria muy sufrida en el último suspiro del partido. Volví a casa corriendo, saltando y gritando y mi padre fue tras mí. Se limitó a extender sus brazos para que nos dieramos un fuerte abrazo, y lo que hice fue saltar encima suya y engancharme a el. Era un chaval y podía conmigo así que traté de agarrarme bien a el y darle un abrazo muy muy fuerte. Empecé a llorar de alegría por lo que había vivido esa tarde. Fue muy emocionante y no podía controlarme. Mi padre se reía, yo no podía más que llorar y llorar. Mi padre salió fuera porque mi hermano mayor estaba llamandome por teléfono y quería hablar conmigo...Entré a casa y en el salón cogí el teléfono. Mi hermano sigue recordandomelo de vez en cuando, pero por aquel entonces no sé que le dije. El me dice que me limité a decirle: "No puedo hablar". Y así fue, porque es que no pudimos comentar la jugada hasta que nos vimos. Era un momento en el que saqué toda mi alegría y mi emoción. No pude contenerme durante un buen rato hasta que asumí lo que había sucedido.
 
  Aquel partido me cambió. Me hizo sentirme murcianista hasta la muerte porque jamás había sentido tanta alegría en mi vida. Apenas tenía 13 años repito... y un partido, un simple partido más de Liga de mi Real Murcia supuso mi amor eterno a unos colores, a un equipo, a nuestro REAL MURCIA.

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